La
Tierra es redonda
Dos imágenes de la Tierra
tomadas desde el espacio. A la izquierda se aprecia el polo
Sur y África.
A la derecha, la
Tierra y la Luna vistas por la sonda Galileo desde 6.200.000 km
de distancia
Que
la Tierra es redonda es algo que tenemos asumido. Así nos lo enseñan en
el colegio y lo hemos comprobado en las fotografías tomadas desde el
espacio. Me resulta inaudito tener que explicar esto en pleno siglo XXI a
cualquier persona adulta pero, en la época en que la Humanidad tiene más
y mejor acceso a la educación y a la información, hay conspiranoicos que
niegan las evidencias y afirman que la Tierra es plana.
Concepción de la Tierra
en el universo según la antiguas cultura hindú. La imagen de la
derecha
Hasta llegar a la evidencia actual de
que la Tierra es un globo esférico, el
pensamiento humano ha ido imaginando distintas explicaciones con una
cosa en común: la Tierra era plana. La percepción sobre su superficie
así lo indica, todo lo que nos rodea parece estar anclado a una
superficie plana sembrada de algunos accidentes geográficos. Muchas
culturas antiguas coincidían en la concepción de una Tierra plana, con
una superficie real mucho menor de la real. La Tierra firme conocida
estaba rodeada por completo de agua. Para los marinos, el gran océano
que rodeaba las tierras conocidas tenía un fin, al que no había que
acercarse porque se corría el peligro de caer por su borde.
Observando las evidencias
A medida que se fue utilizando la
cabeza para pensar y se imponía el sentido común, la idea
de una Tierra plana fue variando ante las evidencias que mostraban que la
superficie que habitamos era en realidad curvada. Veamos algunas de estas
evidencias:
Si
observamos a nuestro alrededor en un lugar despejado de obstáculos,
apreciamos que la línea del horizonte describe un círculo a nuestro
alrededor. Este círculo es más amplio y nos muestra más cosas cuando
subimos a un lugar muy elevado.
Desde
hace muchos siglos, se venía observando que, para una persona embarcada en
un navío que se acerca a tierra firme, lo primero que podía ve era las
montañas, los campanarios y las torres y, finalmente, el muelle del
puerto.
Al mismo tiempo, los barcos que se
alejaban de un
puerto, llegaban a un punto en que desaparecían, pero lo primero en
desaparecer era el casco del buque y lo último los mástiles de las
velas. Aunque ahora las mayoría de barcos ya no son veleros, se puede
apreciar que lo último en desaparecer son las grúas, las chimeneas, o
las filas superiores de contenedores. Y esta hecho se produce siempre,
independientemente de la dirección en que se aleje la embarcación.
Por lo tanto, es evidente que la
Tierra se curva en todas las direcciones, por lo que su forma debe ser
esférica.
Otra
evidencia se producía durante los eclipses de Luna, donde se
observaba que la sombra que la Tierra proyectaba sobre la Luna era un
círculo.
Eratóstenes mide la Tierra
Aunque
ya los antiguos griegos sabían que la Tierra era redonda,
Eratóstenes
de Cirene, matemático, astrónomo y geógrafo griego, fue
el primero en calcular la longitud de su circunferencia en el siglo 3 a.C.
Eratóstenes de Cirene y su
experimento para medir la circunferencia terrestre
En
la antigua Siena (hoy Asuán, en Egipto) era conocido que el 21 de junio,
día del solsticio de verano, el Sol estaba al mediodía en su máxima
altura y sus rayos caían en vertical, de modo que cualquier objeto no
producía sombra alguna. Eratóstenes
leyó un escrito que hablaba de este hecho y midió la sombra de una vara
en Alejandría en la misma fecha y observó que proyectaba una pequeña
sombra. Dedujo de este modo que la verticales de ambas ciudades formaban
un ángulo igual a la diferencia de latitud entre ellas.
Conocido
el ángulo y la distancia entre ambas ciudades calculó que, el perímetro
de la Tierra debería ser de 252.000 estadios, una unidad de
longitud de la antigua Grecia, cuyo valor exacto era variable
dependiendo de la época y del lugar. En aquella época, en Alejandría se
utilizada el llamado estadio ático-italiano, equivalente a 184,8 metros.
por lo que la medida de Ertóstenes daría un resultado para la
circunferencia terrestre de 46.570 km. Es un valor muy bueno para á
época, ya que
solo se aleja un 15% del valor de 40.008 kilómetros admitido en la
actualidad.
De
cualquier modo, quedó demostrado durante los viajes de Magallanes que se
podía navegar siempre hacia Occidente y se volvería al puerto de
partida. Nosotros ya nos hemos acostumbrado a las imágenes tomadas desde
el espacio pero, aún así, por si queda algún incrédulo, OS PRESENTO LA
PRUEBA DEFINITIVA:
...
y si es así ¿los del otro lado están al revés?
Bueno,
esta pregunta es posible que nos la haya lanzado algún niño. Para
responder a esta cuestión, podemos recurrir a un pasaje exquisito publicado
por Camille Flammarion en su
célebre "Astronomie
Populaire". En él hace referencia a Chocolate, un niño
de Nueva Zelanda que creía que la gente del otro lado del mundo estaba
boca abajo y, para comprobarlo, cuando fue mayor se embarcó rumbo a
París donde se celebraba la Exposición Universal de 1900. Allí habría
gentes de todas las naciones y podría comprobar por sí mismo el hecho.
En
todos los lugares donde iba haciendo escala, y en la misma Francia, la
gente caminaba normalmente y no estaban al revés como pensaba. Recorrió
todos los pabellones de la Exposición sin encontrar nada distinto a lo
que ocurría en Nueva Zelanda.
Reflexionando
sobre lo que había visto, se encontró con un grupo que rodeaba a un
muchacho que jugaba sobre una mesa con unos imanes, que atraían objetos
de hierro. Admirado, adquirió uno de esos imanes que atraían clavos ,
agujas y pequeños objetos.
Cuando
alguien le dijo que la Tierra se comportaba como un enorme imán que
atraía
hacia su centro
todo cuanto había en su superficie, acertó a comprender que todos los
habitantes de la Tierra andan con los pies pegados al suelo y la cabeza
hacia arriba, porque en todo el globo,
abajo
es la superficie del globo, y arriba
es el espacio que rodea a la Tierra.
De
este modo se explica la caída de cualquier objeto, que cae hacia abajo,
en realidad hacia el centro de la Tierra, hasta que la superficie lo
detiene. Pero si desde varios lugares del mundo se excavaran pozos
perfectamente verticales, se encontraría todos ellos en el centro de la
Tierra.
Así
pues, para todos los habitantes del globo,,
abajo
es el centro de la esfera terrestre, y arriba
es el espacio. Y el hecho de caer es consecuencia de una fuerza que se
llama gravedad, por la que la Tierra atrae a toda persona, animal u objeto
que se encuentra en su superficie.
Dos
hormigas caminando alrededor de una bola siempre mantienen sus patas sobre
la superficie de ésta, de modo similar a lo que ocurre con los seres que
caminan sobre la Tierra. Queda claro que abajo es, para todos, lo que hay
bajo los pies, y arriba lo que se encuentra sobre la cabeza. En el espacio
absoluto no existen los conceptos arriba y abajo.
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