El Observatorio Astronómico de la Universidad de Valencia

P Á G I N A    2

 
 

 

Los diarios de la época se hicieron eco del aparatoso incendio que padeció la Universidad el 12 de mayo de 1932.

Páginas de algunos diarios:

"EL MERCANTIL VALENCIANO"

"LA CORRESPONDENCIA DE VALENCIA"

- Archivo de la Universidad de Valencia -

"ABC"

- Archivo digital de ABC -

"AHORA"

"EL HERALDO DE MADRID"

- Hemeroteca Nacional de España -

 

El profesor D. Álvaro López García (1941-2019) emprendió la puesta en marcha del observatorio en la década de 1970.

ARCHIVO DEL AUTOR

 

Dispositivo para el desbastado y pulido de vidrios para espejos de telescopios, construido en 1971.

ARCHIVO UNIVERSIDAD DE VALENCIA

 

Placa con la inscripción del apellido del fabricante, Sir Howard Grubb, de Dublín así como el año de fabricación.

ARCHIVO DEL AUTOR

 

Vista de detalle del portaoculares y de los mandos de bloqueo de los ejes.

ARCHIVO DEL AUTOR

 

 

El día más triste

Diversas circunstancias fueron las que llevaron al declive del observatorio. En 1922 la Facultad suprimió la asignatura de Cosmografía y Fisica del Globo y, dos años más tarde, se produjo el fallecimiento de Tarazona. Entonces asumió la dirección del observatorio Juan Antonio Izquierdo Gómez,. catedrático de Física general, hasta su fallecimiento en octubre de 1926. Le sucedería al frente del mismo Vicente Martí Ortells manteniendo activa la instalación hasta su desparición en un trágico suceso, que dio al traste con todo lo conseguido hasta entonces..

La noche del 12 de mayo de 1932, sobre las diez menos veinte, se produjo un formidable incendio en la Universidad, que se inició en el Laboratorio Química Analítica, propagándose rápidamente por toda la galería superior hacia el Museo de Historia Natural, las aulas de Ciencias y el Observatorio Astronómico.

Los vecinos de la calle Salvá comenzaron a gritar al ver que salían llamas, que alertaron al bedel, cuyo hijo llamó a los bomberos, que tardaron apenas tres minutos en llegar al lugar, pero sólo acudió un coche de bomberos ya que los demás no estaban en condiciones. Al conectar las mangueras, el agua no salía por falta de presión. En las tomas cercanas de agua no había válvulas. Se requirió la presencia de los tanques de agua de la limpieza pública, pero respondieron que no podían actuar sin orden del alcalde. Finalmente, tras media hora de desconcierto se enviaron los camiones cuba a recoger agua de las acequias de Mestalla y Moncada, con el consiguiente retraso en la extinción.

Viéndose que todo podía ser pasto de las llamas, el rector, con todo el Claustro de profesores, los estudiantes y gran número de obreros y voluntarios, trabajaron denodadamente por salvar los ejemplares del Museo y la Biblioteca.

 Incendio de la Universidad el 12 de mayo de 1932.  A la izquierda, el patio del claustro. A la derecha, la cúpula del Observatorio devastada por el fuego.

ARCHIVO UNIVERSIDAD DE VALENCIA

Este hecho fue memorable, ya que muchas personas pusieron su vida en peligro para salvar lo que se pudiera. Se organizaron hileras de gente para extraer primeramente los códices, incunables, el mapa de Ptolomeo y valiosísimos libros de la Biblioteca. Se rompían vitrinas a puñetazos para recuperar aves, fósiles y demás fondos del Museo de Historia Natural, fruto del trabajo de muchos profesores a la largo de un siglo, logrando salvar entre 50 y 60 ejemplares. Todo ello se fue sacado al patio o lanzado al mismo desde las ventanas, recogiéndose sobre mantas extendidas, para ponerlo a salvo en el Colegio del Patriarca. 

Estado del edificio tras el incendio. Arriba a la izquierda de la imagen se aprecia el Observatorio.

ARCHIVO UNIVERSIDAD DE VALENCIA

Estado actual del mismo edificio de la Universidad, en la céntrica calle de La Nave.

ARCHIVO DEL AUTOR

El reloj, cuya maquinaria se fundió, marcaba las 9’30. a las 11’30 llegaba el alcalde que fue recibido con pitidos y protestas. Cerca de la medianoche los bomberos consiguieron dominar el fuego, aunque continuaron trabajando tres o cuatro horas más. 

Toda la parte del edificio recayente a la calle de Salvá fue pasto de la llamas. Parte de la biblioteca de Ciencias quedó destruida, así como el Observatorio, cuya cúpula de cartón piedra ardió como una falla en pocos minutos. Se perdieron la mayor parte de instrumentos, exceptuando el refractor Grubb. 

Hubo momentos de confusión horribles. La falta de agua de baja presión y las deficiencias y abandono del material con que contaban los bomberos, avivó una fuerte polémica con evidente implicaciones políticas. Durante la mañana siguiente se fue concentrando en el lugar, de forma espontánea, un gran gentío entre profesores, estudiantes de todas las escuelas y ciudadanos indignados en general.

Protesta ciudadana contra el alcalde Vicente Alfaro por su ineficiencia ante el incendio.  Foto de José C. Sigüenza.

ARCHIVO GRAL. DE LA ADMINISTRACIÓN, Alcalá de Henares

Sobre las siete de la tarde iniciaron una manifestación que llegó hasta la puerta del ayuntamiento, donde pidieron la destitución del alcalde Vicente Alfaro. Fueron duramente dispersados por la guardia de asalto y hubo varios detenidos. Esa misma noche, en los terrados de cientos de viviendas de la ciudad se oyeron los pitos y la cacerolada con que los ciudadanos reiteraron su protesta. En cambio, la abnegada y entregada labor de los bomberos, quedó fuera de cuestionamiento alguno.

Del incendio, lo único que se salvó fue el anteojo meridiano que hoy todavía se conserva en las dependencias del observatorio. La Universidad se quedaba sin Observatorio, situación que se prolongaría catorce años más, ya que cuatro años después se inició la guerra civil, con la posterior etapa de posguerra y consiguiente inactividad.

El director del observatorio, el Dr. Vicente Martí Ortells, fiel colaborador de Tarazona, inició las gestiones para emprender la reconstrucción del Observatorio. 

La prensa de la ciudad y del rsto de España se hicieron eco en sus páginas de esta gran catástrofe. En los siguientes enlaces se puede consultar algunas de las noticias.

1932-05-13 - Heraldo de Madrid - Incendio en la Universidad de Valencia

1932-05-13 - La Correspondencia - El violento incendio de anoche en la Universidad

1932-05-14 - Ahora - Un gran incendio ha destruido la Universidad de Valencia

1932-05-14 - Heraldo de Madrid - El incendio de la Universidad de Valencia

1932-05-14 - La Correspondencia de Valencia - Después del incendio en la Universidad

El primer traslado

El observatorio en 1946 en el emplazamiento del Paseo al Mar (ahora avenida de Blasco Ibáñez), en lo la periferia de la ciudad en aquella época.  Imagen de José García Martín

En 1946 sus instalaciones se trasladaron al nuevo edificio de la Facultad de Ciencias en el Paseo al Mar (hoy avenida de Blasco Ibáñez), actual sede del Rectorado en un edificio emblemático construido por el arquitecto Mariano Peset Aleixandre entre 1935 y 1944. Allí se encontró un mayor desahogo en cuanto a instalaciones además de estar en una zona más alejada del centro de la ciudad. El edificio se encuentra coronado por la cúpula original de la Calle la Nave (provista una nueva cubierta de hierro) con el refractor Grubb superviviente del incendio. Bajo la misma, en una sala circular se alojó la biblioteca. 

El observatorio en la avenida de Blasco Ibáñez sede, hasta 1977 de la Facultad de Ciencias, hoy Rectorado, y Museo del Observatorio.

ARCHIVO DEL AUTOR

El telescopio Grubb en la década de 1970, en el actual Rectorado

ARCH. UNIVERSIDAD DE VALENCIA

El 2 de noviembre de 1951, se produce la jubilación del Dr. Martí Ortells. A pesar de los intentos por mantener el Observatorio en funcionamiento por parte de diversas personas (los doctores Mariano Aguilar, Vicente Albero, José Martínez Carrillo, entre otros), la actividad del mismo iría menguando hasta cesar totalmente hacia mediados de la década de los 60, agravada esta situación por la falta de dotación presupuestaria. Durante este sombrío periodo se produciría un deterioro del material e instalaciones.

En el curso académico 1967-68 se creó la Sección de Ciencias Matemáticas en el seno de la Facultad, con las asignaturas de Matemáticas y Geodesia. Ello supuso un aporte de personal que permitiría retomar las actividades del Observatorio. A principios de 1968, el licenciado en Ciencias Químicas D. Álvaro López acometió los trabajos de restauración del instrumental, instalaciones y biblioteca, ayudado por algunos alumnos de las recién creadas asignaturas.

En aquel momento, las instalaciones se habían reducido al mínimo, contando con la cúpula con el ecuatorial Grubb, el despacho inferior, el cuarto de revelado y dos pequeñas estancias para almacén en los que se ubicaban el péndulo astronómico y repetidor. En 1972, se pudieron ocupar algunas dependencias más y se acometieron obras de ampliación del laboratorio de revelado, se acondicionó un despacho como Seminario de Astronomía y se habilitaron dos talleres, uno de propósito general y otro para ubicar el péndulo de pulido de espejos.

Poco a poco se fue ampliando la dotación de personal con diversas incorporaciones. En 1968 el licenciado en Físicas D. José Luis Valdés se hace cargo del taller y se ocupa de la opuesta apunto de los instrumentos existentes, así como del desarrollo de otros nuevos. Entre 1970 y 1972, se incorporaron D. José V. Arnau, D. Francisco del Val y Dª Cristina Zaragoza.

Comienzan a llegar las primeras dotaciones económicas en bastante tiempo, que permiten diversas adquisiciones. En 1969 un sistema óptico acromático y un juego de filtros para la cámara solar “Ross”, así como una nueva cámara “Compur” dotada de placas de 6x9 cm. También se adquiere un objetivo fotográfico y se monta una cámara estelar con placas de 12x12 cm.

En 1970 se diseña y construye un dispositivo de seguimiento lateral para observación simultánea a la obtención de placas estelares con el ecuatorial Grubb. También se adquiere una cámara reflex Canon FT-QL y un fuelle Canon Bellows FL para fotografía a foco primario, además de red de difracción “Earling” de 600 lineas/mm sobre vidrio para un futuro espectroscopio.

Paralelamente se procedió a desmontar, limpiar, niquelar y repintar el ecuatorial, aprovechando para eliminar descompensaciones de peso producidas por la cantidad de accesorios que se le iban acoplando. Esencialmente se corrigió el problema reubicando la cámara estelar en un riel en paralelo al tubo principal. La última tarea de reacondicionado fue abordada en el verano de 1970, consistente en el repintado de la cúpula aprovechando que el ecuatorial estaba aún desmontado.

De nuevo en 1971 de monta el ecuatorial Grubb en su emplazamiento, así como sus accesorios. Ese mismo año se diseña y construye un disco giratorio horizontal de 50 cm de diámetro que permite, mediante un sistema de poleas movido por un motor, efectuar trabajos de desbastado y pulido de vidrios para celostatos y objetivos de telescopios reflectores. Para las primeras pruebas se emplean discos de 300 mm de diámetro y 25 mm de espesor.

Se adquiere una ampliadora para el laboratorio y un proyector de diapositivas. Por último, otras compras de material, herramientas y utillaje diversos completan en este periodo la dotación del taller de mecánica del Observatorio.

En 1972 se prosigue con la línea iniciada de tallado y pulido de espejos, construyéndose un aparato de Foucault, al tiempo que se diseña y encarga la construcción de un esferómetro de mercurio para controlar las superficies ópticas.

Poco a poco, durante la década de los 70 el Observatorio va conociendo un incremento en actividad y en número de colaboradores, se realizan las prácticas de los alumnos del Seminario de Astronomía los cuales ayudan en algunas de las tareas.

En este periodo, también se acomete la puesta a punto de la biblioteca, la cual había quedado abandonada como el resto del Observatorio. Primeramente se realiza una clasificación y catalogación de todo lo existente, de modo que permita localizar cualquier obra, bien por materia o bien por autor. 

 

Tras su restauración, el despacho del Dr. Tarazona se enuentra en el Museo del Observatorio. En el centro, el péndulo astronómico de tiempo medio de Reifler y Strasser & Rohde, adquirido en 1911. A la derecha, detalle del mismo.

Para paliar las carencias de fondos bibliográficos actualizados, se procedió a la adquisición de diversos volúmenes de Mecánica Celeste, Astronomía, Astrofísica y Geodesia. También se adquirieron los volúmenes de la década 1960-1970 del Astronomical Journal, Astrophysical Journal y Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. Se formalizó la suscripción a dichas publicaciones desde ese momento para asegurar su continuidad y, en 1971, se amplió a Celestial Mechanics y Astronomy and Astrphysics Abstracts. Además, se inició el intercambio de publicaciones con diversas instituciones, lo que contribuyó a aumentar los fondos de la biblioteca.

En lo relativo a la actividad observacional, ésta se retoma poco a poco. En 1971 se obtienen las primera placas fotográficas de la zona de la Eclíptica, dentro de un programa que intenta fotografiarla por completo. En las prácticas con alumnos, se obtienen imágenes del Sol, la Luna y algunos planetas. También se prueba el sistema de seguimiento lateral obteniéndose algunas imágenes de campos estelares.

   

El 25 de febrero de 1971 se realiza la observación del eclipse de Sol, visible como parcial desde Valencia. Se obtienen imágenes en color del evento utilizando el prisma solar, un filtro de celuloide y la cámara de fuelle.

También se retomaron las tareas de divulgación desde 1972, a través de publicación de reseñas y artículos en la prensa local, conferencias en colegios e institutos, así el apoyo en la creación de la Asociación Valenciana de Astronomía.