¿Reducimos
un poco
la luz?
Imagen
: Luis Rivas, enero 2008.
La
imagen superior muestra la avenida Blasco
Ibáñez a principios de 2008, una de las zonas con mayor derroche lumínico de la ciudad de
Valencia,
absolutamente exagerado, recreando lo que pudiera ser el efecto de aplicar
una iluminación eficiente en la ciudad.
Obsérvese
la iluminación de las copas de las copas de los árboles, lo que altera
las condiciones de vida de las aves que en ellas se refugian. Incluso los edificios más
altos de esta avenida (16 plantas) ven
iluminadas sus azoteas. Es el resultado de una de las peores
planificaciones en cuanto a iluminación se refiere.
En
concreto, esta farola de la imagen superior es el modelo que ha iluminado
durante 25 años algunas de las calles y avenidas más emblemáticas de
Valencia. En la avenida Blasco Ibáñez de Valencia, se ubicó una cada 15 metros desde el
inicio hasta el cruce con la avenida de Catalunya. Nada menos que dos de
estos globos sin apantallar cada 15 metros. En total 220 farolas, con un
coste de algo más de 5700 euros por ejemplar. Haga cada cual sus
números, si se hubieran colocado separadas 30 metros y si se apantallaran
y disminuyeran su potencia.
Además,
esas farolas se complementaban con algunas docenas de globos tipo
"chupa-chups", por supuesto también sin apantallar, en los
jardines centrales de dicha avenida.
Este
modelo de farola también se utilizó en amplios tramos de los márgenes
del río Turia, y del centro histórico de la ciudad. ¡Todo un compendio
de malos usos!.
La
farolas de globo antes mencionadas se pueden encontrar en muchos lugares
de nuestra ciudad.
Otro ejemplo se puede ver en la imagen inferior, que corresponde al
bulevar Manuel Candela.
Imagen
: Luis Rivas, enero 2008.
Piénsalo
bien
Si
en lugar de luz fuera agua que escapara de un grifo o una fuente
pública todos se alarmarían. Toda esta luz que se derrocha es
generada por centrales térmicas que contribuyen al cambio
climático.
De
arriba a abajo y de izquierda a derecha, diferentes imágenes que
ilustran la situación actual. La cúpula del observatorio universitario
iluminada por las luces de la avenida Blasco Ibáñez. Un poste de
iluminación en la rotonda de inicio de la Alameda. La marginal Sur del
río Turia (obsérvese la iluminación de las fachadas por encima del
nivel de las farolas). La zona del llano del Real (donde se aprecia la
zona sin luces que corresponde a los jardines de Viveros y, la calle Jaime Roig, a cuyas altas azoteas llega la iluminación
inadecuada. Las dos últimas corresponden a un cañón de luz
utilizado para atraer la atención en las fiestas de Rótova (Valencia)
|
25 años
de políticos
iluminados
Durante un cuarto de siglo (1991 a
2015), nuestros
gobernantes locales pretendieron hacer de Valencia una
CIUDAD
VIP, y lo
consiguieron. Realmente fue una ciudad VIP (Vergonzosa
Iluminación
Pública).
Pero qué se podría esperar de iluminados que hacía manifestaciones como
estas:
Qué
bonita luce Valencia ...
“La
luz es sinónimo de seguridad y de alegría porque esta es una ciudad muy
abierta y donde los ciudadanos salen mucho por la noche, por lo que
necesitan estar bien iluminados"
Juan
Vicente Jurado (concejal de alumbrado)
"La
iluminación es tan buena que se puede leer por la noche".
"Qué
bonita luce Valencia por la noche".
Rita
Barberá (alcaldesa 1991-2015).
La
gran
burbuja
El
globo de luz que se veía sobre la ciudad de Valencia fue uno de los mayores
de Europa, el mayor según algunas fuentes en relación al número
de habitantes de la ciudad.
Se
elevaba hasta una altura de 20 kilómetros, por lo que, además del
derroche que suponía, inundaba la noche y era visible desde cualquier
población de la provincia. Todo el parque natural de La Albufera
era uno de los lugares afectados esta luz nocturna, que desconcierta a la fauna
que en él habita.
La
imagen inferior fue tomada por Joan Manuel Bullón el 8 de enero
de 2008 desde Aras de los Olmos, localidad situada a unos 100
kilómetros de Valencia.
En
Aras de los Olmos se encuentra el CAAT (Centro Astronómico del
Alto Turia) y el observatorio astronómico de la Universidad de
Valencia. Desde estas instalaciones hay una parte del cielo
inutilizable por este globo de luz. No sería hasta 2016 cuando ese
globo de luz se reduciría sensiblemente como consecuencia de
aplicar medidas de reducción de la iluminación en la ciudad, eso
si, tras un cambio en el equipo de gobierno de la ciudad tras
las elecciones municipales de 2015.
Desde el CAAT, si se gira la vista hacia el noroeste se ve otra burbuja
algo menor que corresponde a la luz de Madrid (a 250 kilómetros
de allí).
Resulta evidente que, a raíz del informe de la ONU sobre
el cambio climático, se instaló en nuestra sociedad una
mayor conciencia sobre el problema. Pero muchos políticos se llenaban
la boca de hablar de ecologismo y medioambiente, pero,
comenzando por las administraciones más cercanas, los
ayuntamientos,
las actuaciones eran inexistentes en unos casos o, en otros,
completamente erróneas..
En
Valencia tuvimos claro ejemplo, con un consistorio que hizo
justo lo contrario de lo que debiera hacer. Argumentaban que más luces
era sinónimo de más progreso y mayor seguridad, algo que a mayoría de
los ciudadanos aceptaba como tal.
El
concejal de alumbrado de aquella época, Juan Vicente Jurado pasará a la historia
como el mayor contaminador lumínico de la ciudad. Baste decir
que Valencia gastaba en iluminación 8 millones de euros anuales.
Por entonces, Barcelona gastaba algo menos, dando servicio de alumbrado a más del
doble de población.
Un
pasito
adelante y
otro atrás
En 2010, ante la evidente
situación de crisis económica y con las arcas municipales en muy
mal estado, el Ayuntamiento de Valencia se vio forzado a abordar
el tema de la contaminación en la ciudad.
La cosa pintaba bien y, poco
después, se decide apagar gran cantidad de farolas, hecho que
para la mayoría de ciudadanos pasó inadvertido (seguía habiendo
mucha luz), pero que redujo a casi la mitad la cúpula luminosa
que envuelve a la ciudad.
Quedó demostrado no
pasaba
nada
por apagar luces, salvo el gran ahorro energético, que fue el
desencadenante.
Esto duró pocos meses, hasta
noviembre, en que volvieron a encenderse todas las luminarias
"debido a que anochece más pronto".
Imagen
nocturna de la playa de Cullera (Valencia)
Imagen
nocturna del complejo Marina D'or
Cuenta atrás para las farolas contaminantes
04-03-2010 Las
Provincias
Barberá plantea apagar una de cada dos farolas en Valencia para
ahorrar
09-06-2010 El
País
Barberá da por terminado el apagón de farolas para ahorras 12
millones en luz
03-11-2010 Levante-EMV |